En junio de 2006 llegue por primera vez a timbre 4. Vi una puesta de “Lisistrata” que me volvió loco. Mi abuela me había dicho, “hay un colorado a cuatro cuadras de tu casa que hace teatro en su casa, un tal tolcachier, anda a verlo” y fui. Se taraba de @tolca Al otro día a media mañana lo estaba llamando para ser su alumno. Tuve que insistirle varias veces porque para esa época ya no recibía alumnos. Así que el sábado siguiente llegue… Y me enamore para siempre, de la energía que se sentía allí, de la sala, de la luz que entraba por la ventana por la mañana, de su presencia perenne. Así que allí me quede para tallarme a fuego como actor. Dos años más tarde me invito a hacer “Tercer Cuerpo” desde entonces todo creció: mi experiencia, mi panza, las horas de tabla, aprendí del trabajo en equipo, el amor y la camaradería, a relajarme en escena, a compartir, me creció la barba y la cantidad de sellos en el pasaporte, las veces que dije gracias, a él a mi abuela, a mi psicólogo y a los dioses del teatro… así que allí sigo, once años más tarde cada semana vuelvo a la casita de Boedo para hacer función, para encontrarme con mis compañeros y recordarnos este sacerdocio maravilloso que es actuar. En esta casita, con los mismos compañeros de siempre, en la misma compañía. A ellos mi amor y mis gracias eternas #onceaños y #1055funciones después. Gracias @lertora @danipal, etc